Otoño,
Mi viejo otoño
perezoso y melancólico,
Entras
invadiendo
las esquinas
refugiándote
en la ropa
dejando tu olor
a frío
a seco.
Desprevenido
Indeciso
Tímido
llegas
sin hacer mucho ruido
para que no te atrapen.
Y Cuando te das cuentas
Ya estás dentro!
Solo te queda mirar la ciudad
ver a la gente corriendo
sin quererse mojar
por esa lluvia que traes
fina y lenta
aquella
que solo beben los amantes
La ciudad va deprisa
para recogerse
y embriagarse de tu aliento
al calor de una estufa
y un licor
de cercano invierno.
Las hojas susurran
al caer
esa canción
Que tanto nos gustaba…
No hay comentarios:
Publicar un comentario