ARRIAR VELAS


Ya lo sabían desde hace tiempo, el viento es el viento y hasta que no pare, sus ojos seguirán mirando hacia ambos lados. En frente la Nada.

Hache entre dos, aire consumido, vapor de agua.

El estado de vela se agota, como se agotaron los besos, como se agotaron las lágrimas,
los gritos y con los gritos, el Deseo.
El pacto era seguir apostando al numero cero. Cuando uno no arriesga , no tiene nada que perder, ¿ no?.
Y mientras tanto siguen disfrutando de una felicidad inútil, tan inútil como las palabras que no se dicen.
Felicidad de plástico, de goma, de cartón.
Juguete roto, pero felicidad al fin y al cabo.
Ellos son conscientes.

Antes era como un pequeño teatro, jugaban a las casitas, cambiado los roles cada vez que se acaba el gas en la cocina.
Ahora solo queda el estado de vela.
Ella lanza palomas mensajeras que se posen en su hombro, el duerme placidamente.
Ella busca ramas de olivo por el día
El canta a la luna por la noche.

Mientras sigua soplando el viento, seguirán en ese torpe estado. Hasta tocar tierra,
hasta tocar fondo.
Y después del fondo…
Fin
Y del fin,

A soltar lastre y
¡Arriar velas!

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